22 de junio de 2008

Encuentros y barbacoas

Siempre es un placer volver a ver a gente que ha pasado por tu vida y te deja recuerdos especiales, además de ser alguien a quien tienes mucho cariño. Eso me pasa siempre con Joce, el de la derecha, que además de guapo guapo guapo es un amor de chico. Nos vemos una vez al año, como hacienda, pero desde luego su presencia es infinitamente más agradable que la del fisco y siempre tenemos algo que contarnos y promesas de visitas que hacernos. Asi que espero cumplir la mía pronto e ir a Paris a hacerle una visita y así practicar la lengua de Dumas que falta me hace.

Y no me podía ir de Madrid sin hacer una barbacoa en la Mansión Serrano-Esperanza.
Nachete como siempre se encargó de las brasas, a la vez que escuchaba el futbol y Sagra de matar una invasión que sufrimos de hormigas... le costó pero lo conseguimos, aún a riesgo de intoxicarnos con productos del diablo.


Nos tomamos la botella de vino que había traído de La Rioja, Viña Lanciano, que estaba deliciosa, comimos como cochinos, tanto que Manoli renuncio a las trufas del postre!!!! y nos reimos con las cosas que Alberto nos contó sobre sus posibles vacaciones en una terraza de Embajadores bebiendo coca-cola light sobre una colchoneta hinchable.
De los lamentables espectáculos que cada uno de nosotros hemos dado en las bodas de amigos y familiares... pero estas son otras historias para otro momento.

Y pude comprobar lo guapisima que está Lucía y las ganas que tiene de que llegue pronto su hermanito, que de momento es un frijolito-embrión.

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