Después de tantos exámenes decidimos los 6 mosqueteros de siempre, que nos íbamos al Parque de San Isidro a comer una paella como dios manda.
El jueves nos fuimos a comprar todo lo necesario, entre muchas cosas compramos una caja de 50 tenedores de plástico, que luego fueron muy necesarios ya que yo abrí la caja alrevés y tiré más de la mitad... como dijo Ruth, es la típica cosa que le pasa a Ana.
Y manos a la obra. La aventura empezó bien temprano, al salir de clase nos fuimos en busca de la furgoneta de Pandería Benjamín por todo León, buscando al tío de Fernando para que nos diese el pan. A cada pastelería que llegabamos de su recorrido nos decían que se acababa de ir. Al final se convirtió en una persecución en toda regla. Terminamos esperando a las puertas del Mesón Nalgas... que si si, con ese nombre me enteré que es el bar más antiguo de León... jajajaja.
Por fin se produjo el intercambio de la mercancía más buscada...
Mientras preparabamos el fuego no podía faltar el aperitivo.
Será por cerveza...
Dice el refrán "entre todos la mataron y ella sola se murió", pues así fue. 6 futuros cocinero y cada uno con su criterio personal de cómo se hace una paella.
Aquí reproduzco un fragmento de los mejores momentos:
- ¡Estás quemando las verduras!
- ¿Pero por qué has echado ya el concrio??? Se va a quedar como la mojama!!!!
- Echa más agua.... no no más no, para para, te has "pasao"!!!!!!!
- Los calamares al final que se quedan duros...
- Los calamares están duros, había que haberlos echado antes...
- 6 cocineros aquí y no seremos capaces de hacer una paella????
- La has liao parda!!!!!
Miestras Ruth le da su toque personal a la paella, Luis escancia la sidra de su abuelo.
Goñi lo celebra... y no es para menos, conseguimos echar todos los ingredientes... en nuestro orden-desorden, pero los echamos.
Aunque parezca mentira... LA PAELLA ESTABA BUENÍSIMA y lo más importante, lo pasamos divinamente.
Tiene buena pinta ¿eh?
Además de la paella Fernandín se encargó de hacer unas costillas a la parrilla.
Claro que se nos olvidaron en el fuego y cuando Eva fue a rescatarlas estaban... digamos un pelín chamuscadillas... pero nos supieron a gloria.
Nos reímos de lo lindo y hasta echamos unas partidas a las cartas con unos chupitos de orujo de hierbas que fueron a buscar los chicos a León, porque habíamos terminado con toda la bebida.
Y como todo lo bueno se acaba, recogimos el campamento, esperando repetir pronto.
Kissy kissy de vuestra Peggy campestre