A petición popular voy a daros mi receta de croquetas con espinacas, piñones y gorgonzola. La idea surgió viendo en programa en la televisión de bares de tapas, donde salía Casa Julio en Madrid. Y yo me pregunté cómo era posible que nunca hubiera ido a ese bar a probar sus deliciosas croquetas. Bueno nunca es tarde pero hasta que tenga oportunidad de ir... pues ¡yo me las guiso y yo me las como!
Mi receta fue totalmente improvisada, como casi todo lo mío, así que voy a intentar explicar la receta con las cantidades aproximadas. Las fotos son propias, como se puede observar por su calidad, pero es que yo le hago fotos a casi todo... por si acaso el resultado merece la pena, como creo que fue el caso.
Primero se pica un ajo muy finito y se pocha a fuego suave.
A continuación se añaden las espinacas, unos 150 gr. muy picadas y sin tallo, que es más duro y no tan agradable para las croquetas. Se sazonan con sal fina y se saltean a fuego medio fuerte hasta que estén blanditas.
Por otra parte se elabora una bechamel para croquetas, es decir:
65 gr. de harina
65 gr. de mantequilla (no margarina por favor... nada nada nada que ver en el resultado final)
500 ml. de leche entera
sal y nuez moscada
Fundir la mantequilla en un cazo, añadir la harina y trabajar a fuego suave durante unos 4-5 min. sin dejar de remover, para que se cocine la harina y no sepa a crudo. Calentar la leche hasta que hierva o casi y añadir de golpe... si si de golpe, es el truco infalible para que nunca te salgan grumos.
Que no cunda el pánico, no dejéis de remover y veréis que a medida que suba la temperatura de la masa se va espesando y ligando. Sazonar la bechamel con sal y nuez moscada, si se compra entera y se ralla en el momento de usarla mucho mejor, desprenderá más aroma y sabor.
Una vez puesta a punto se agrega la mezcla de espinacas y piñones y el queso gorgonzola en dadidos, unos 100 gr. Se envuelve todo el conjunto y se extiende en una fuente, se cubre con film transparente y dejar templar a temperatura ambiente para no forzar el frigorífico, después enfriar en él.
Una vez completamente fría la masa llega el trabajo más tedioso a mi gusto de las croquetas, hacer bolitas y pasar por harina, huevo y pan rallado. Por último freír en aceite muy caliente hasta que estén doradas.
Y voilá... este es el resultado!
Lo cierto es que yo las hice para una cena en casa y fueron un auténtico éxito.
También he experimentado con las de pizza y también causaron sensación... pero esa es otra historia del blog.
Mi I+D+i sobre el mundo croquetero está en marcha... seguiré informando.
Kissy kissy